La petición de excluir las loterías familiares que organiza la Federación Malagueña de Peñas del alcance del Catálogo de Juegos es utilizada por Ruiz Espejo para criticar las bonificaciones fiscales aplicadas durante el confinamiento a los operadores del Privado Presencial.
Nuevo ejemplo del uso torticero que numerosos dirigentes políticos no tienen reparo alguno en demostrar a la ciudadanía. El secretario General del PSOE de Málaga, José Luis Ruiz Espejo, se reúne con representantes de las peñas que aspiran a excluir del alcance de la ley del Juego las loterías familiares y como argumento ante el consejero de Hacienda de la Junta de Andalucía, Juan Bravo, se vale de que "la petición de las Peñas carece de entidades contrarias a la misma, a diferencia de la liberación de la tasa de juego sobre máquinas recreativas, que sí han rechazado las asociaciones que tratan adicciones en Andalucía".
Ruiz Espejo pide a Bravo que "se siente y dialogue con las peñas", que despliegan, según el dirigente socialista, "juegos de mero pasatiempo de gran arraigo para el mantenimiento de las respectivas entidades y sin ánimo de lucro. Las peñas, además, son un marco de interacción diario de sus gentes". La pregunta entonces para el dirigente socialista sería ¿por qué en más de tres décadas de Gobierno socialista éste fue incapaz de implementar una medida de esta naturaleza, siendo tal como relata Ruiz Espejo un asunto tan sencillo?
Las sobrevenidas referencias al Juego que el PSOE andaluz viene manifestando desde que está en la oposición en esta comunidad resultan absolutamente demoledoras y tristes e incluso llegan al ridículo, considerando que esta formación ha sido la valedora del extensísimo y riguroso marco regulatorio del Juego en Andalucía. Todavía causa asombro la iniciativa parlamentaria capitalizada por Susana Díaz que, no cumplido un año desde la aprobación de las Apuestas en establecimientos de juego por su propio Gobierno, reprobó su existencia al Ejecutivo recién llegado a la Junta.