Comparativamente la pérdida es de facto aún más elevada porque en el primer cuarto del año 2019 el BES no había comenzado a implantarse en las salas cántabras.
Si en los primeros seis meses de 2019 la facturación de las cinco salas de Bingo que operaron en Cantabria consolidó un volumen de ventas entre bingo tradicional, bingo electrónico, y por espacio de casi dos meses, del bingo electrónico de sala (BES), de 10'12 millones de euros, el balance del primer semestre de 2020 muestra todo el dramatismo del momento con una cifra de ventas de 4'85 millones de euros, que refleja las ventas en el mismo número de sala por BES y por la modalidad electrónica, que sigue practicándose en estos establecimientos.
Los 18 días de marzo de cierre forzoso y la reanudación al ralentí de la actividad avanzado junio hipotecaron el desarrollo de la actividad de las 5 salas cántabras.