Los juegos de suerte siguen identificándose con aquellos de titularidad pública, mientras que los juegos de entretenimiento que buscan la sociabilidad son los ofertados por empresas de titularidad privada.
La opción de juego que más ha crecido en los últimos dos años son los 'rascas' de la ONCE, a los cuales juega el 9'9% de la población, es decir, en torno a 3'5 millones de personas, siendo el 50'5% menores de 35 años. Esta modalidad es un ejemplo del peso específico que SELAE y ONCE copan en la demanda de la ciudadanía española. Sólo los grandes sorteos anuales de Navidad y El Niño atraen a 25'8 y 14'5 millones de personas, respectivamente.
En general, las loterías primitivas y los cupones de la ONCE atraen a más del 25% de la población española, mientras que fueron 6'5 millones los clientes que acudieron en algún momento a los establecimientos destinados al entretenimiento, que potencian la sociabilidad.
La incidencia del 'trastorno de juego diagnosticado' a partir de los datos publicados por el Ministerio de Sanidad y de los sistemas de Salud de las Comunidades se estima en 7.000 individuos, el 0'02% de la población entre 18 y 75 años; una incidencia estable frente a otros problemas de comportamiento que tienden a incrementarse.
Los autores de 'Juego y Sociedad en España' animan a enfocar las políticas públicas para prevenir el trastorno de juego en acciones de precisión en contraposición a acciones extensivas orientadas a amplios sectores (jóvenes, mujeres...) "El diseño de las políticas de prevención de la adicción al juego debe partir de un correcto diagnóstico de un problema muy limitado en su dimensión y cuyas raíces principales no están en la oferta de juego o no están sólo en la oferta de juego.