Según los Oneida, la iniciativa estatal (no federal) viola el acuerdo que garantiza los derechos sobre el Juego de esta tribu indígena en el territorio de Nueva York.
De hecho, el gobernador Andrew Cuomo ha incorporado en el proyecto de presupuestos del Estado de New York de 2022 los réditos tributarios que generaría la legalización de las apuestas deportivas a través de móviles y otros soportes autorizables, cuyas licencias corresponderían a cuatro casinos comerciales, pero descartarían a los gestionados por tribus indígenas: Oneidas, Mohawks y Senecas.
Los Oneida ya han advertido que dejarán de abonar los casi 40 millones de dólares anuales que satisfacen al Estado y a los municipios de los 10 condados que configuran la región de Nueva York Central, cuya vigencia rige el acuerdo alcanzado en 2013.
A expensas de saber la gestión de Cuomo, lo cierto es que aprobar esta medida sin contar con los Oneidas podría crear una situación peculiar: el bloqueo a la emisión de apuestas por móvil en los 10 condados que configuran el territorio de la nación Oneida. La cuestión es que si los Seneca y Mohawks asumen el mismo criterio, la viabilidad efectiva de una actividad comercial de apuestas vía móvil quedaría seriamente hipotecada en el Estado de New York.